PPP Programa perros en prisión

 
Llevar a los perros a un penal de máxima seguridad fué un proyecto muy intenso, el cual fué posible gracias al área técnica , en especial a "Alma" una psicóloga incansable y revolucionaria que conoció el proyecto y quiso hacerse cargo de implementarlo, así como al patrocinio obtenido para llevarlo a cabo. Al grupo de 8 hombres privados de su libertad, comprometidos con el taller, motivados y con deseo de transformar su vida , aún durante el encierro.
Hoy fué nuestra última sesión, en la cual evalué el aprendizaje de los participantes, todos consiguieron aprobar. La prueba consistió en demostrar un adecuado manejo de las perras así como una vinculación positiva con ellas y su integración de las lecciones del adiestramiento en positivo. Lo cual supone un gran esfuerzo cuando se trata con personas que carecen de autocontrol, algunos con depresión y que presentan un elevado nivel de ansiedad. 
Yo había visto en las películas y videos en la red, el efecto positivo de los perros dentro de una prisión, estoy convencida de este trabajo por que he visto resultados en los niños con autismo, pero ser testigo de los cambios de estas personas a lo largo del taller, solo reafirmó mi compromiso de trabajar con esta población. Integré la tan estudiada teoría, de que los perros son un facilitador social, sin duda alguna, yo  no hubiera sido capaz de relacionarme con estos hombres sin mis perras de por medio.
  A pesar de la complejidad de trabajar con personas con perfiles con un alto nivel de violencia contenida, con las secuelas propias del encierro: son rígidos, están tensos, no saben relajarse, tienen dificultades para concentrarse,habituados a acatar ordenes y a la rutina del centro, con problemas de coordinación  y un largo etc. Las perras siempre se mostraron contentas y dispuestas a trabajar con estas personas. Si tuviera que quedarme con una escena de lo vivido, me quedo con la imagen de los internos con las manos atrás, esposados, ingresando a la cancha y las perras yendo hacia ellos, moviéndoles la cola y lamiéndoles las manos.
Como se diría en el caló del penal: 
Gracias a Treza y Triana por rifarse!

Tannia Puig Grajales
















Debilidad visual+autismo

El tiene autismo, y es ciego. Hoy fué su tercera sesión y EL salió de su salón para saludar a Treza y al sentir la lengua de la perra se sonrió. Es la primera vez que la recibe sonriente. Su terapeuta hace hincapié en que lo nota contento. Vamos al lugar de trabajo con Treza y comenzamos el ejercicio. Caminar junto a Treza cogiéndola de su arnés y nos llamó la atención que EL se cogía con fuerza del arnés y esta ocasión no la soltó. La sesión pasada ante su resistencia de coger a la perra del arnés , lo sujetamos a él al perro para que, aunque soltara el arnés se sintiera unido a la perra. Quería ir al carrusel, su juego favorito y le dijo su terapueta que dijera Treza llévame al carrusel. EL repitió Treza Carrusel y cuando iba caminando hacia allá le dijo AYUDAME. Su terapeuta y yo nos sorprendimos y felicitamos la expresión. Después quiso que lo llevara a la resbaladilla  y al columpio. Todo el tiempo EL sonreía, y se veía muy relajado sobretodo cuando se echó de la resbaladilla y Treza lo recibía abajo dándole un beso con su áspera lengua , mientras EL sonreía. Al pedirle que lo lleve a los columpios, se negó a decir el nombre de la perra, pero sin recibir indicaciones le dijo LLEVAME!
  Al final de la sesión EL iba solo caminando con el perro junto, cogiendo con firmeza el arnés y dejándose llevar por Treza.

Vínculo

La importancia del vínculo en el binomio terapéutico

  Hace unos días trabajaba con Ana Villalobos (AETANA) en una sesión para ver el trabajo de Treza y era importante que viera nuestro trabajo; ya que conoció a Treza hace 8 meses recién había llegado a mi vida y ahora notó los avances en su entrenamiento.
  La parte más importante del entrenamiento de Treza has ido que gane seguridad, un proceso que ha llevado 6 meses aproximadamente. A su vez, sometiéndola a una gran variedad de situaciones y estímulos distintos. Durante todo ese tiempo hemos creado un estrecho vínculo que se refleja en su comportamiento en las sesiones de trabajo con los niños.
  En mi recorrido por una gran cantidad de terapias y corrientes de crecimiento humano he observado algo en común, lo que sana a un ser humano es un vínculo amoroso. Y desde mi punto de vista el resultado de una terapia o trabajo personal se traduce en una transformación en la manera de vincularse de la persona. Sanar vínculos heridos, establecer nuevos y cerrar otros es parte fundamental del aprendizaje de todo ser humano.
  En el trabajo con un perro de terapia el vínculo que establezca su manejador, es crucial; ya que esa relación es lo que permitirá que el animal a su vez se vincule con el paciente. Siendo esta la pauta del trabajo terapéutico ya que se haya establecido la relación paciente-perro; entonces se podrá comenzar a trabajar hacia un objetivo específico.
   Manejador vínculo amor Perro vínculo amor Paciente
 

   Evidentemente es necesario además un nivel de entrenamiento del perro , pero me atrevería a decir que más importante que el entrenamiento es el vínculo. El adiestramiento puede lograrse con un buen entrenador pero para esa relación con el perro tan especial sólo el manejador  puede establecerla. Se debe partir de una confianza absoluta en el perro por parte del manejador para dejarse guiar cuando detecta algo que el mismo manejador no ve. Para esa no hay receta, no hay fórmula y desde mi perspectiva es la base del resultado de la TAP.  
 

Sesión con "JUAN"

  JUAN tiene 3 años y autismo diagnosticado. En su primera sesión con Treza bastó menos de un minuto para que el volteara a verla y despertara su atención esa cosa grande peluda que está dentro del salón de terapias.
Su gesto fue de sorpresa y su primera reacción fue querer moverse de la silla en la que estaba, su terapeuta se encargo de tranquilizarlo y permaneció en su silla trabajando con unas piezas para hacer una torre.
  En coordinación con la terapeuta se puso a hacer la torre en el suelo y cuando la terminó llego Treza y la tiró con el hocico, el se río y se acerco a la perra queriéndola tocar pero sin animarse. Se paraba delante de ella y le sacaba la lengua imitando la respiración canina. Después emocionado regresaba a su asiento a seguir trabajando. Enseguida se acercó Treza en esta ocasión con una mochila donde estaban unas piezas que JUAN iba tomando de la mochila y metiéndolas en una alcancía pero entre ficha y ficha se reía, emocionaba, y hacía expresiones de alegría. Al sacar las primeras ficha cuando Treza volteaba su cabeza el movía su mano para que no lo tocara. En las últimas fichas el se dejaba lamer la mano por Treza . Al final de la sesión la cepilló y disfrutaba el contacto con la perra. Según su terapeuta que se reía al verlo contento, cuando JUAN trabaja suele ser serio y obsesivo con el material, no hay forma de sacarlo de su mundo. Fue muy satisfactorio ver que interactuaba con Treza y que realizó su terapia más relajado y contento.

Area psicomotora y de comunicación

Mejora y promueve la comunicación no verbal
Motiva la comunicación oral
Vocabulario
Articulación
Entonación
Vence el aislamiento
Mejora el equilibrio
Fortalece tono muscular
Mejora la coordinación
Mejora los reflejos
Reduce los patrones de movimientos anormales
Mejora la destreza motora fina y gruesa